La pregunta del millón: ¿se puede tener una piscina en una terraza? El sueño de muchos, más con la llegada del verano, es poder disfrutar de una piscina en su ático. Pero, ¿es posible añadirla o no? ¿Cómo se comportan en construcciones nuevas y o si se añaden después? Antes de pasar a hablar del diseño en sí de piscinas situadas en terrazas (sistemas constructivos, materiales, o precios) nos plantearemos si realmente es posible construir una piscina en la azotea de un edificio, es decir ¿es viable añadir esa cantidad de peso que requiere? Hoy os hablaremos de todo esto.
Para saber si es posible colocar una piscina, es necesario conocer una serie de variables que son fundamentales. Normalmente, los arquitectos que llevan a cabo el proyecto se encargan de realizar cálculos estructurales, donde se aplica el refuerzo necesario para el ámbito de la piscina que se desea añadir. Para ello, resulta imprescindible conocer el peso de la piscina y el peso del agua. También saber la antigüedad de la vivienda, el tipo de forjado y su resistencia máxima. Por supuesto, es posible hacerlo justo al revés: sabiendo eso, encontrar cuál es la dimensión de piscina máxima que se puede soportar, medidas y, sobre todo, profundidad.
Una vez que un técnico ha calculado los refuerzos estructurales y otras variables (profundidad máxima posible, perímetro libre, lugar ideal de colocación…) hay que pensar en los materiales más adecuados.
Entre los sistemas más utilizados para la construcción de piscinas en azoteas podemos destacar tres: el poliéster, el acero inoxidable, y el hormigón proyectado..
En todo caso, en azoteas es importante apostar por el doble vaso: Un vaso que actúa de recipiente que contiene el agua y otro debajo que asegura evitar filtraciones a las vivienda que se encuentra en la cara inferior del forjado.
Para revestir, se puede usar baldosa porcelánica, gresite o liner, con soldaduras de alta frecuencia que se adapta a la medida y presenta gran estanqueidad.
Si piensas colocar la piscina en una azotea de un bloque comunitario ten muy en cuenta que los vecinos pueden tener mucho que decir al respecto:
Ya tienes los cálculos pertinentes hechos por un técnico, el estudio de viabilidad, el seguro adecuado y los vecinos informados y conformes. Incluso tienes el sitio perfecto para poner tu piscina y el modelo y revestimiento elegidos. Puede que hasta te hayas inspirado en los clásicos (Le Corbusier ya la usó en su bloque de viviendas «Unité d’habitation» de Marsella en el año 1951) pero… ¿Y eso cuánto suma?¿Has hecho cálculos?
Sin entrar en materiales, tipologías concretas etc, para una piscina mínima de unos 3×3 m y 80 cm de profundidad hay que contar con partir de 10.000-15.000 €. La principal diferencia de precio con respecto a una piscina en el terreno es sobre todo, debida a los refuerzos a realizar y a las condiciones (subir material).
El precio final dependerá mucho de los materiales, el tipo de maquinaria de depuración, o si se añade o no iluminación.
Fuente: proyectos.habitissimo.es
Extraído de adasadministracion.com
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