Cómo crear una empresa con una inversión mínima: paso a paso. Por ADAS Administración

By Globalum, septiembre 6, 2016

Empresa

A muchas personas les da un poco de vértigo iniciar una empresa. Las principales razones son el desconocimiento y la falta de capital para poder iniciar el proyecto. Hoy en día ambas cosas se pueden solventar con relativa facilidad.

Podemos obtener mucha información en Internet que hace referencia a cómo iniciar un proyecto empresarial y a cómo emprender. Este artículo pretende en mayor o menor medida solventar este problema para aquellos que tienen una idea pero no saben cómo ponerse en marcha.

Respecto a la financiación, sí puede ser algo más complicado. Pero también es una cuestión de conocer cuáles son las diferentes fuentes de financiación que tenemos y cómo podemos acceder a ellas.

A emprender, como todo, se aprende emprendiendo. Poniendo proyectos en marcha, equivocándonos y rectificando.

¿Cómo tener ideas?

Para emprender parece que un elemento fundamental es tener una idea. Lo cual no quiere decir que esta idea tenga que ser original. Se puede emprender tomando modelos de negocios que han funcionado y actualizándolos hacia un público diferente o hacia un mercado no explotado.

Al fin y al cabo, grandes empresas tecnológicas como Facebook o Amazon es lo que han hecho. Han replicado modelos de negocio que funcionaban físicamente, adaptándolos a la red.

Para tener ideas lo principal es tener inspiración. En el mundo de los negocios esto se puede conseguir mediante dos formas:

    1. Relacionarse con muchas personas del sector, Networking.
    2. Leyendo sobre negocios, ideas y otras empresas que están funcionando.

Si a estas dos cosas le añadimos el hecho de hacer brainstorming, es decir, sentarnos a pensar ideas, la cosa mejora sustancialmente.

¿Cómo hacemos el Plan de Negocios?

Una vez tenemos nuestra idea hay que verificar que es correcta. Nos podemos equivocar. Pero por lo menos, hay que hacer un estudio previo para reducir las posibilidades de cometer un error. Si simplemente llevamos a cabo una idea, sin saber la posible repercusión que puede tener o el potencial mercado al que vamos a acceder, es ir a ciegas.

Para hacer un buen plan de negocios hay que estudiar varias cosas:

  1. La competencia: ¿cómo es mi competencia? ¿Lo están haciendo realmente bien? Estudiar la competencia es básico para saber cómo de saturado está el mercado. Saber bien lo que están haciendo las otras empresas te da la oportunidad de pensar lo que te puede diferenciar o si por el contrario, el nicho está completamente saturado.
  2. ¿Voy a ser capaz de innovar y pivotar? Las empresas son entes dinámicos. Una empresa estática, que no quiera cambiar, mejorar o equivocarse casi seguro que acabará fracasando. Debes estar convencido de tomar riesgos, equivocarte y pivotar con agilidad hacia un nuevo modelo de negocio o cliente.
  3. La localización: si tu empresa va a prestar un servicio físicamente (en un local, por ejemplo) la localización que tenga puede ser fundamental. Es evidente que cuanto más céntrico esté el local, mejor. Sin embargo esto también tiene sus pegas. La principal será el coste. Un local bien situado suele acarrear un coste elevado. Tienes que hacer las cosas muy bien para que los costes, en un comienzo, no acaben comiéndote por completo. También se puede elegir una localización más humilde. Habiéndola estudiado previamente quizás podamos encontrar un lugar en el que falta una panadería, una guardería o un taller mecánico (son sólo ejemplos).
  4. Evolución financiera de la empresa: ¿Cuáles van a ser los números de la empresa en el futuro? Toda empresa debe estudiar cuál va a ser su evolución financiera. Simplemente es una estimación, y conviene hacer una optimista y sobretodo una pesimista. Dicha estimación se hace en base a los costes fijos que vas a tener y a los potenciales ingresos. También es importante saber cómo vamos a obtener financiación (en caso de necesitarla). Aquí puedes encontrar una guía sobre las diferentes fuentes de financiación que puede tener una empresa.

Las Finanzas en tu Empresa.

Este apartado está ligado un poco al punto 4 del apartado anterior. Las finanzas es algo muy importante en cualquier empresa. Se dicen que la contabilidad es el lenguaje de los negocios, y es cierto.

No hace falta que un empresario sea un experto contable, pero sí es muy importante que sepa cuáles son los números de su empresa y la evolución. Para ello tiene que implicarse y estudiar a fondo las cuentas de la empresa. Eso significa:

    • Entrar a diario en el banco para ver cuáles han sido los cargos y los ingresos que se han recibido.
    • Negociar con los clientes y proveedores las fechas de cobros y pagos.
    • Negociar con los bancos el cargo de comisiones.
    • Saber cuál es el punto muerto de la empresa.
    • Conocer perfectamente cuáles son los costes fijos, etc.

La Estructura Jurídica de la Empresa

Toda empresa debe tener una estructura jurídica. Para ello nuestra recomendación es delegar esta tarea en profesionales especializados, porque nuestra experiencia nos dice que es muy fácil equivocarse.

A groso modo un empresario en España puede ser:

  • Empresario persona física (autónomo).
  • Sociedad Limitada (socio y/o autónomo).

La primera opción tiene diferentes formas de tributar como empresario vía IRPF. La más común es la estimación directa simplificada, la cual se calcula en base a los ingresos y a los gastos. Una vez al año esto se computará en la declaración de la renta y de ahí saldrá una cuota a pagar o a devolver.

Por otro lado existen los llamados “módulos” o estimación objetiva. Funcionan en base a una serie de variables, como pueden ser la superficie del local, el consumo de energía eléctrica o el personal. Una vez calculado lo anterior, Hacienda ofrece unos parámetros y una cantidad trimestral a pagar.

En ambos casos, el empresario deberá pagar un pago a cuenta adelantado (salvo que sea profesional, en cuyo caso sus facturas estarán sujetas a retención).

La Sociedad Limitada es un poco más compleja. Sin embargo, suele ser nuestra recomendación en el caso de que hayan dos o más socios. De forma muy básica, el socio o los socios hacen una aportación inicial (capital social) a la sociedad. La sociedad realiza la actividad. Al final de año, si ha tenido beneficios, éstos se podrán repartir entre los socios mediante dividendos o por el contrario se podrán destinar a capitalizar/financiar la empresa (reservas).

¿Emprender con socios? 

Iniciar un proyecto empresarial con uno o varios socios es habitual. Existen dos razones:

  • La ilusión de poder compartir con otra persona allegada un proyecto.
  • Nos sentimos más seguros si lo llevamos a cabo con otra persona.

No obstante, emprender por estas razones suele ser un error. La ilusión se puede perder fácilmente con el paso del tiempo o si el negocio no termina de funcionar bien. En ese momento, empieza a haber tensión.

Una empresa implica convivencia. La convivencia como es sabido, es complicada. Cuando los números no funcionan es difícil mantener una buena relación. Entonces, ¿cuándo debemos asociarnos?

Debemos asociarnos cuando:

  • Haya una persona con una habilidad complementaria a la nuestra.
  • Haya una persona que pueda aportar dinero a la sociedad (pero no vaya a gestionarla).

Si te asocias con alguna persona y no se cumple al menos una de las dos circunstancias anteriores, analiza fríamente si debes hacerlo.

Si es una persona con una habilidad complementaria, sin duda es algo bueno. Tú tienes tus conocimientos y habilidades y el otro socio los suyos. Os complementáis y prestáis un servicio. De alguna forma el uno depende del otro.

De otra forma, una empresa suele necesitar financiación en algún momento dado. Un posible socio puede realizar una aportación de dinero para financiar a la empresa. Sin embargo se debe dejar bien claro desde el principio que su aportación es simplemente financiera. Lo que espera el nuevo socio es que la sociedad reparta beneficios o aumente su valor. Pero no puede implicarse en la gestión. Sí puede ofrecer ayuda, dar consejos y opinar. En el momento en que un socio de este tipo entra en conflicto con el administrador de la sociedad, lo mejor es que se le devuelvan el dinero y cada uno por su camino. Es algo que se debe dejar claro desde el principio.

Conclusiones

Empezar un proyecto empresarial no es fácil. Pero como todo, es cuestión de práctica. En Internet hay mucha información al respecto y esto nos ayuda a que minimicemos los posibles problemas que podemos encontrar.

Fuente: www.proquoabogados.com

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